Es bastante notorio que nos encontramos en un periodo medioambientalmente convulso, no solo a nivel local y provincial, sino a nivel mundial, donde las sequías, las inundaciones, se han cronificado. No solamente estas circunstancias ambientales, están afectando a nuestra sociedad, sino que las guerras, las crisis energéticas desencadenadas por ellas, nos están llevando a otro tipo de crisis sociales, como son la gestión de los procesos migratorios, o económicas como son el desarrollo del turismo, industria y agricultura.
Estas crisis climáticas nos están llevando a una afección directa del progreso y crecimiento económico de nuestra sociedad. Por ello, desde Aguas y Servicios, creemos que es el momento de ser resilientes y ser capaces de adaptarnos ante todas estas situaciones adversas, superándolas y evolucionando positivamente hacia una sociedad más sostenible medioambientalmente, siendo este nuestro más importante legado a nuestros hijos y generaciones futuras.
Si analizamos esta situación desde nuestra perspectiva hídrica comarcal, debemos decir que, si bien no nos encontramos en situaciones tan graves, como en otras zonas de Granada y España, sí que estamos ante una situación previa de crisis hídrica en nuestra comarca, la Costa Tropical de Granada, como han sido las situaciones de prealerta por sequía acontecidas en febrero de 2024. Por ello, debemos de enfocarnos desde esta perspectiva de resiliencia hídrica para lograr el Objetivo 11 de Desarrollo Sostenible que nos propone la Agenda 2030, haciendo que nuestros municipios sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles medioambientalmente. Esta resiliencia hídrica debe enfocarse en tres vertientes, medioambiental, económico y social para poder reducir los riesgos climáticos y promover resiliencia y sostenibilidad de nuestra sociedad y comarca.
Aguas y Servicios de la Costa tropical de Granada, lleva casi treinta años, aportando un importante grano de arena para esta sostenibilidad de la Costa Tropical de Granada, como ejemplo de éxito de colaboración público-privada, con nuestro cliente, la Mancomunidad de Municipios de la Costa Tropical de Granada.
Esta colaboración nos ha permitido realizar en estos años una inversión acumulada en torno a los 80 Millones de Euros, consiguiendo, dentro de nuestras competencias, minimizar los impactos de inundaciones en nuestros municipios; reducir el consumo hídrico acumulado en la Costa en mas 184 Hectómetros cúbicos, casi 30 Hectómetros más que la capacidad global de los embalses de Béznar y Rules; situar la dotación de suministro por habitante y día por debajo de todas las comunidades autónomas de España a excepción de Murcia.
El impacto económico de este proyecto medioambiental en la sociedad de la Costa, en base a estudios similares, se puede cifrar entre los 179 y 393 Millones de euros retornados a la comarca, obteniendo un retorno social entre los 2.26 y 4.93 € por euro invertido, habiendo generado entre 137 y 303 nuevos empleos.
Esta adaptación climática no habría sido posible sin aunar esfuerzos entre las diferentes administraciones, tanto públicas como privadas. Se ha contribuido activamente a conseguir que los municipios en los que Aguas y Servicios gestiona el ciclo integral del agua tengan una mayor sostenibilidad y mejor calidad de vida, garantizando la mejor cobertura tanto en abastecimiento, saneamiento y depuración de sus aguas, hasta en el último rincón de nuestra Comarca de la Costa Tropical.
Analizando la situación desde la perspectiva de la Planificación Hidrológica, podemos observar cómo en nuestro horizonte de 2039, el 98.4% de las aguas suministradas tienen un origen superficial, o lo que es lo mismo, proceden de la lluvia.
Solamente el 1.8% previsto tiene su origen en tratamientos no convencionales como son la regeneración de aguas y la desalación. ¿Es esta perspectiva resiliente?
Por esto, consideramos que nuestro reto a corto y medio plazo debe de consistir en incorporar paulatinamente al abastecimiento y al regadío, estas aguas no convencionales que nos permitan adaptarnos a las situaciones de sequía que se van a cronificar, tomando como ejemplo los porcentajes de uso de agua no convencional que, en la Planificación Hidrológica, tienen otras provincias andaluzas, donde este tipo de aguas tienen un peso del 42%.
Para minimizar esta situación de crisis hídrica que padecemos tenemos que basarnos en la adaptación de todos los procesos de gobernanza, estableciendo un marco regulatorio adecuado; garantizar la financiación y recursos a largo plazo;, aunar esfuerzos para ejecutar inversiones hidráulicas de un modo compartido de interdependencia y corresponsabilidad entre las diferentes administraciones públicas y organizaciones privadas; evitar la contaminación en origen de nuestras aguas y desarrollar soluciones innovadoras, aumentando la motivación para el cambio así como atraer el talento en nuestros profesionales.
Con todo esto podremos gestionar de la manera más eficaz, eficiente y sostenible nuestro recurso, garantizando tanto nuestros sistemas hídricos, ya de por sí vulnerables, como reducir y mitigar el impacto de sequías crónicas e inundaciones.
Tenemos que ser capaces de reducir el estrés hídrico a través de una gestión eficiente y eficaz de nuestros recursos naturales e, invirtiendo en infraestructuras para mejorar los tratamientos; reducir fugas; controlar los suministros de agua captada y distribuida a través de nuevos sistemas digitales; disponer de un sistema tarifario equilibrado; conseguir la reutilización del agua; invertir en I+D+i y garantizar la sostenibilidad del talento de nuestros jóvenes y mayores.
¿Estamos preparado para ser resilientes, nosotros y nuestros municipios?