SG Inmobiliaria este año celebra dos décadas al servicio del sector inmobiliario en Granada. A lo largo de estos 20 años hemos sido testigos de las transformaciones del mercado, pero sin duda, 2024 ha sido un año particular que nos deja lecciones importantes sobre la rapidez, la innovación y la necesidad de responsabilidad en un entorno en constante cambio.
El balance de este año nos muestra un mercado en plena efervescencia. Hemos visto cómo las ventas exprés se han convertido en una realidad habitual: inmuebles que se venden en cuestión de 24 horas, a menudo sin que los compradores los hayan visitado. Este fenómeno es consecuencia de dos factores principales: el precio elevado tanto en la venta como en el alquiler, y la rapidez con la que los compradores han hecho sus deberes previos, obteniendo la aprobación de la financiación con antelación. Además, es destacable que alrededor del 60% de las transacciones en Granada capital se realizan sin necesidad de financiación, lo que indica un mercado sólido, con compradores que llegan listos para cerrar acuerdos.
Otro fenómeno que ha cobrado fuerza es el del "flipping", que consiste en la compra de pisos antiguos para su reforma y posterior venta. Inversores, a menudo comprando a fondos o en subastas, renuevan, decoran y amueblan estos pisos, lanzándolos al mercado a precios que en algunos casos considero demasiado altos. Este tipo de operaciones también se extiende a locales comerciales, que tras el cambio de uso se transforman en viviendas, con un resultado similar. Si bien este tipo de actividad dinamiza el mercado, debemos ser cautelosos con las excesivas subidas de precios.
En ese sentido, es imprescindible mantener la prudencia. Las subidas de precio entre 2023 y 2024 han sido notables, y si bien este ha sido un año muy bueno en términos de ventas, no podemos permitir que la inflación del mercado se nos vaya de las manos. Un ejemplo claro es el aumento en la demanda en los pueblos cercanos a Granada, como Las Gabias y Atarfe, donde la inminente llegada del metro ha generado un interés creciente entre los compradores. Inmuebles que salen a la venta, rápidamente encuentran comprador. Sin embargo, como profesionales del sector, debemos recordar las lecciones de 2008, cuando el mercado se paralizó abruptamente debido a una crisis provocada, en parte, por la sobrevaloración de los inmuebles.
Retos y oportunidades futuras
El futuro del sector inmobiliario en Granada nos presenta varios retos. La estabilidad del mercado dependerá de nuestra capacidad para encontrar el equilibrio entre oferta y demanda, manteniendo precios accesibles que permitan la sostenibilidad a largo plazo. Uno de los mayores desafíos será gestionar la demanda creciente en los alrededores de la capital, como ya estamos viendo en localidades conectadas por el nuevo metro. Esto supone una gran oportunidad para los inversores y desarrolladores, pero también una responsabilidad para evitar una burbuja de precios.
Por otro lado, las nuevas tecnologías están transformando el modo en que operamos. Este año, para mi sorpresa, hemos cerrado ventas a través de redes sociales como TikTok e Instagram. Estas plataformas, que inicialmente parecían ajenas al sector inmobiliario, se han convertido en herramientas clave para atraer a compradores y vendedores. Cada vez más personas nos contactan a través de estos canales, interesados en inmuebles que han visto en vídeos de moda, demostrando que la digitalización ha llegado para quedarse.
En resumen, el sector inmobiliario en 2024 se encuentra en una fase de alta actividad, marcada por la rapidez de las transacciones y la innovación digital. Sin embargo, este dinamismo no debe hacernos olvidar la importancia de ser prudentes y responsables en la fijación de precios. Tenemos la oportunidad de seguir creciendo, pero siempre con la mirada puesta en la estabilidad del mercado y en ofrecer soluciones habitacionales reales y sostenibles.
Granada sigue siendo una ciudad con gran potencial para el crecimiento inmobiliario, y nuestro reto como profesionales será gestionar este crecimiento de manera equilibrada, asegurando que tanto los inversores como los compradores particulares puedan seguir confiando en un mercado estable y sostenible.